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Desfile del viejo régimen

El domingo pasado salieron miles de personas a las calles, es innegable, también plausible, fundamentalmente porque algunas de ellas nunca habían marchado e, incluso, eran voces que nos criminalizaban o ninguneaban a quienes lo hacíamos. Ver manifestarse a quienes antes no lo hacían es síntoma del gran momento democrático que estamos viviendo —aunque, paradójicamente, algunas de esas personas gritan que vivimos en una “dictadura”.

Lo que ofende y realmente pone en riesgo nuestra democracia en construcción es que las élites económicas, políticas, mediáticas y académicas movilicen a personas de buenas intenciones a través del miedo y la mentira.

A esas personas, motivadas para defender “el país que está destruyendo López”, les dedico esta columna. Con fraternidad les aconsejo darse cuenta, si quiera preguntarse, qué intereses políticos hay detrás de estas narrativas, que lean la propuesta de reforma electoral y ubiquen las mentiras dichas por las voces convocantes, que construyan sus propios espacios de participación para no hacerle el juego a quienes le han hecho tanto daño a nuestro país.

Sin previo análisis de nuestro proyecto de nación, de nuestra historia nacional y nuestra acción de gobierno, siguen convencidos de que somos lo peor que le ha pasado a México; mejor busquen otros espacios para incidir, pero no alimenten intereses creados que durante 80 años han saqueado a nuestra nación.

Enunciaré —por falta de espacio— tan sólo algunas de esas “personalidades” que sí han puesto en riesgo nuestra democracia y libertad, nuestro futuro y hasta nuestra vida.

1. Claudio X. González: participó en la campaña que impuso a Ernesto Zedillo; uno de los empresarios más beneficiados por el viejo régimen, gestor con el poder político de grandes empresas. Ligado a intereses norteamericanos. 2. Margarita Zavala: cómplice silenciosa del mayor genocida de la historia en México; su hermano fue contratado por el IFE en 2006 para hacerse cargo del software del conteo de votos que le dio el “triunfo” a su esposo, Felipe Calderón. Para ser candidata presentó más de 700 mil firmas falsas. 3. Vicente Fox: prometió sacar al PRI de Los Pinos y traicionó; es el ejemplo claro del gatopardismo porque le dio continuidad al mismo proyecto e incluso apoyó a Peña Nieto. 4. Gustavo de Hoyos: ha sido el ÚNICO presidente de la Coparmex. Se ha opuesto abiertamente a la regulación de la subcontratación y otros derechos laborales. 5. Elba Esther Gordillo: conocida cacique magisterial; no permitió la democracia interna en la bancada del PRI al escoger coordinador; ayudó al fraude de 2006. 6. Santiago Creel: consejero ciudadano del IFE en 1994 que, al terminar su mandato en 1996, encabezó la lista para diputados plurinominales del PAN. Es acusado de un fraude por 800 millones de pesos destinados al Fonden cuando fue secretario de Gobernación. 7. Marko Cortés: presidente del PAN, partido donde la discrecionalidad, el nepotismo, amiguismo y simulación es parte fundamental de su vida interna. 8. Ulises Ruiz: el gobernador más represor en Oaxaca, acusado de delitos de lesa humanidad por desapariciones forzadas, asesinatos extrajudiciales y detenciones arbitrarias. Hace poco admitió que el PRI sufría una crisis y tomó de manera violenta sus instalaciones. 9. Roberto Madrazo: hizo fraude electoral en 1994 para ser gobernador de Tabasco, confesó, años después, del fraude de 2006, que AMLO sí había ganado, pero que no era su lucha; es recordado por haber hecho trampa en el maratón de Berlín. 10. Osorio Chong: formó parte de la Estafa Maestra en la que se desviaron cerca de 1,267 millones de pesos para la campaña del Estado de México, secretario de Gobernación cuando desaparecieron a 43 estudiantes de Ayotzinapa. 11. Javier Lozano: exsecretario del Trabajo en el gobierno de Calderón; orquestó y ejecutó de un plumazo la desaparición de Luz y Fuerza del Centro, afectando a 40,000 familias.

Todos ellos —y otros más—, durante décadas, desde lo público y lo privado, han movido los hilos de la política mexicana, forman parte de lo que desde el obradorismo hemos llamado “la mafia del poder”. Han vivido del sistema político y en nombre de la democracia han hecho de la política un negocio, es obvio que se opongan a la reforma electoral y están mintiendo como siempre lo han hecho para quedarse, pero esta vez para volver.

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