Era febrero de 1922 cuando la periodista y abogada feminista, Esperanza Velázquez Bringas, presentaba sus ideas en torno al control de la natalidad ante miembros de la liga feminista «Rita Cetina Gutiérrez», Bringas argumentaba la necesidad de restringir el número de hijas e hijos que la población procreaba en aquella época, esto con el objetivo de:
«…liberar a las familias y mujeres proletarias proporcionando los medios para alcanzar un desarrollo, modernización y moralización de la población.»
Esperanza Velázquez Bringas
Sus ideas se veían reflejadas en las de Margaret Sanger, quien acababa de publicar un panfleto en Mérida donde abordaba temas en torno a la regulación de la natalidad y los medios seguros y científicos para evitar la concepción. Posteriormente comienza en Yucatán una campaña de control de la natalidad en colaboración con las ligas feministas, sin embargo, tuvieron que enfrentarse a diversos críticos, entre ellos el periódico «La Revista de Yucatán«, y posteriormente el periódico «Excelsior«, quienes en un intento por combatir estas ideas empiezan a generar iniciativas con el fin de institucionalizar el Día de la Madre en México; es decir, el día de las madres fue una celebración creada como respuesta por parte de los opositores al control de la natalidad quienes consideraban denigrantes estas ideas promovidas por las feministas yucatecas ya que iban en contra de lo que para ellos era la función más importante de la mujer: La maternidad.
El debate continuó un año después, cuando tres feministas yucatecas traen a la mesa las ideas sobre la anticoncepción en el Congreso Feminista Panamericano en Ciudad de México. Ante esto, es importante recalcar que dentro de los argumentos que giraban en torno al control de la natalidad, las feministas yucatecas subrayaban el papel de la mujer como una constructora de la nación y la importancia de incrementar su libertad y sus derechos individuales, salir de los espacios privados y tomar los públicos y por supuesto, eliminar la idea de que la función única y más importante de la mujer era la de ser madre.
Para 1928, Liga de Acción Social, organización conservadora que estaba en contra de los debates en torno al control de la natalidad considerando indecentes sus propuestas, pagó por la erección del monumento a la madre ubicado cerca de la plaza central de Mérida, para esos años el Día de la Madre ya era una celebración instaurada en México.
Fuente: Buck, Sarah A. (2001), «El control de la natalidad y el Día de la Madre: política feminista y reaccionaria en México, 1922-1923».